
Vivir en comunidad en Palma y el resto de Baleares implica gestionar riesgos compartidos: filtraciones de agua, roturas en bajantes, azoteas con placas solares, garajes con puntos de recarga para vehículos eléctricos… La póliza de la comunidad no es un “papel obligatorio”: es la herramienta que evita derramas inesperadas y discusiones interminables.
Qué debe cubrir como mínimo:
- Daños por agua: el siniestro más frecuente. Incluye localización de fugas, daños estéticos y límites realistas para zonas comunes y elementos privativos afectados.
- Responsabilidad civil: caídas en zonas comunes, daños a terceros por desprendimientos, ascensores, garajes y terrazas comunitarias.
- Daños materiales: incendio, fenómenos atmosféricos, daños eléctricos, roturas (cristales/placas), robo en elementos comunes y trasteros.
- Defensa jurídica y reclamación de daños: para mediar con proveedores, vecinos o terceros responsables.
Si tenéis placas solares en la azotea
- Declarad la instalación en la póliza y ajustad el continente para incluir placas, inversor y (si existe) baterías.
- Revisad granizo, viento, impacto y actos vandálicos.
- Guardad documentación técnica y mantenimientos: acelera la peritación y evita discusiones.
Si hay puntos de recarga para vehículos eléctricos
- Es imprescindible que la instalación sea homologada, con su certificado.
- Revisad responsabilidad civil y daños eléctricos en el garaje.
- El vehículo y cada plaza privada se aseguran aparte (hogar/auto): conviene informar a los propietarios.
Mini-casos reales:
- Bajante rota que mancha portales y trasteros: con localización de fugas y daño estético, el expediente se resuelve sin derramas.
- Granizada que daña placas solares: tenerlas declaradas y con capital ajustado marca la diferencia entre cobrar o discutir.
- Cargador mal instalado que provoca daños eléctricos: la póliza comunitaria debe contemplar el riesgo; a la par, cada propietario debe tener su seguro actualizado.
¿Queréis que revisemos la póliza de vuestra comunidad sin coste?
